Nuestro pacto como Iglesia
Dios en su Gracia Soberana nos ha concedido el arrepentimiento de nuestros pecados y la fe en nuestro Salvador Jesucristo. Por lo tanto, públicamente hacemos este pacto como iglesia para Su gloria. Nosotros, en la presencia del Dios Trino, Omnisciente y Omnipotente y delante de los ángeles y hombres, nos comprometemos a este pacto. Orando humildemente para que Él nos de gracia para cumplirlo. Nuestro pacto es que mantendremos la adoración Pública, no dejando de congregarnos, honrando la predicación de la Palabra, y sometiéndonos a las ordenanzas de Cristo. Asimismo mantendremos la adoración privada y familiar en nuestros hogares. Confiando en la gracia del Dios viviente, determinamos cuidarnos mutuamente para cumplir la ley de Cristo: preservando el bien de toda la iglesia, promoviendo el conocimiento de la verdad que es de acuerdo a la piedad, y amonestándonos los unos a los otros de acuerdo a la voluntad de Dios. Como "la sal de la tierra" y "la luz del mundo", nos comprometemos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. Asimismo prometemos ser celosos de buenas obras y mantener una conciencia limpia delante de Dios y los hombres, para no traer reproche sobre el nombre de nuestro Dios.
Contribuiremos voluntariamente de nuestros ingresos, como Dios nos ha prosperado, para mantener y sostener el ministerio entre nosotros, para ayudar a los necesitados y para extender el Evangelio en todo el mundo...
"Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a Él sea gloria en la iglesia de Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén." Efesios 3:20,21